El sábado 15 de Noviembre fue la presentación de "Noche Lanzallamas", cuarto disco de AGUAMONO, en las instalaciones del Club Atlético Posadas. Pero en rigor de verdad, no se trató solamente de la presentación de un disco; era también la presentación en sociedad de un proyecto que hace años se viene gestando y difundiendo fundamentalmente a través de la Web; de hecho, sus tres discos anteriores no habían sido prácticamente presentados en vivo, como explicó el cantante y creador de todas las letras, Javier Chemes, ni bien iniciaba el recital.
La siesta
Así fue entonces como AGUAMONO convocó a un público expectante de ver cómo se resolvía esa extraña ecuación de agregar un bajo con el swing de Diego Bergara (Yarará Funk, BBQ Jazz Proyect), más la potencia de la batería (mitad electrónica, mitad acústica) de Diego Solís (Néctar, Puente), sobre lo que que ya conocíamos de las grabaciones; los teclados de Leandro Yahni, que tienen tanta variedad musical que pueden viajar sobre los más diversos paisajes sonoros, con las letras de Javier Chemes (Los Pie, La Clínica), cuya voz es además otro instrumento al servicio de las atmósferas que propone Leandro.
Satellite
El show se dividió en dos partes; en la primera, se presentaron temas de sus tres discos anteriores (fundamentalmente de Noise de Pus, de 2012) y en la segunda parte, sonaron todas las canciones de su nuevo disco, Noche Lanzallamas.
En la primera parte estuvieron presentes los invitados de la noche; el guitarrista Inti Velázquez, de Paranaí y ahora también de Yarará Funk, se unió en tres canciones; y para "Aire", uno de los clásicos de Noise de Pus se sumó también el bandoneón de Juan Pico Nuñez, redondeando uno de los grandes momentos de la noche.
Aire
Luego comenzó el recorrido por las canciones del nuevo disco, que cuenta con diez canciones e ilustraciones a cargo de Fado, destacado artista plástico de Posadas.
Aquí ya no hubo invitados ni ningún tipo de apoyo extra; diez canciones que se sostuvieron por propio peso de calidad musical, dejando a la audiencia encandilada.
Esta formación de AGUAMONO tuvo muy pocas presentaciones en sociedad; apenas unas canciones en el programa Doce Notas que conduce Irina Morillo por Canal 12, y una presentación en Paraná, Entre Ríos, en la Final Regional del concurso "Camino a Abbey Road", por lo que a todos los efectos prácticos esta fue también la presentación de la banda; quizas por esa razón entre el público pudieron contarse algunos de los más destacados músicos de Posadas.
Ésta fue la reseña del show que hizo el periodista Marcelo Luketti para el sitio Prensa Para Artistas (http://www.ppamisiones.com.ar/)
"Cuando el grado de maduración de un grupo de músicos llega a su punto justo, a veces, se produce una hecatombe sonora de proporciones. Eso justamente sucedió la noche del sábado en el Club Atlético Posadas. Aguamono presentó en sociedad su NocheLanzallamas… e incendió los sentidos.
Yahni, Chemes, Bergara y Solís dieron una soberbia demostración de un rock maduro y electrónico, macizo pero etéreo, volátil pero intenso. NocheLanzallamas es una flama que por momentos se muestra mínima y sutil apoyada en el gran trabajo vocal de su cantante para luego, fogoneada por esa catarata de texturas que son los teclados de Yahni, convertirse en una bola incandescente que arrasa todo a su paso dejando sólo cenizas (que serán correspondientemente revueltas por el bajo de Bergara y la batería de Diego Solís) para dejarnos con la sensación de que al terminar, no quedará nada.
Una banda de rock sin guitarras, a priori, genera desconfianza. Un cuchillo sin filo, un robot sin alma. No es el caso. Los teclados de Yahni derraman sonidos y abarrotan el espacio con bases, a veces industriales y otras más funkeras, pero siempre genuinas… y en el bajo de Diego Bergara puede estar el quid de la cuestión: una tarea soberbia en su reingreso a la arena del rock luego de tantos años a puro jazz & funk. Juntos y bien amarrados por esa topadora llamada Diego Solís que empuja desde atrás, el sonido de Aguamono se convierte en una nube que muta de forma sin perder la esencia. Debajo de ella sólo queda dejarse mojar por esa lluvia de tonalidades entrega por Javier Chemes y su trabajada vocalización.
El formato teclado-bajo-batería-voz deja siempre la puerta abierta a los “invitados especiales”, y si sumarle una guitarra rabiosa como la de Inti Velazquez o, elevando la apuesta a niveles que rozan la ascensión a los cielos, como lo que transmite Pico Nuñez y su Bandoneón, le dieron al concierto de Aguamono “sólo” pinceladas de color, debe ser porque en y desde ese escenario la paleta sonora ya estaba completa. Aguamono suena tanto que lo hace apetecible para pocos. Difícil ecuación."
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